Gidiom Gidiom

El Gita y por qué el Karma no es que se nos devuelvan las cosas

El Gita y por qué el Karma no es que se nos devuelvan las cosas

Estuve leyendo el Bhagavad Gita, un libro sagrado del hinduismo. Lo tenía archivado en mi lista de lecturas desde hace mucho tiempo, de cuando me daba por devorar poesía. Llegué a ese libro porque estaba escrito en verso (aunque, la verdad, en las traducciones eso se pierde y no tiene sentido leerlo como poesía, jeje). Luego salió Oppenheimer y me acordé de él, así que lo leí. Ayer revisé las notas que había hecho y armé este resumen 🙂.

El Gita es una conversación entre Krishna, una encarnación divina, y Arjuna, un guerrero, en plena guerra supercompleja e interesante. Pero más allá de la guerra, el Gita es un camino para alcanzar “la liberación del mundo terrenal”. El mar maya y el ciclo de renacimientos

Lo primero y más importante: según el Gita, el fin último de la existencia es escapar del mar maya y del ciclo de renacimientos. Todos los seres vivos están atados a este mundo, y cuando mueren, renacen. Pero renacen en el mar maya, que es este mundo ilusorio. Lo llamamos mar maya porque todo lo que vemos, sentimos o experimentamos es, según esto, una ilusión. Entonces, el objetivo es escapar de este ciclo de renacimientos y alcanzar la iluminación.

El karma, por su parte, es como el puntaje que acumulas al final de cada vida. Dependiendo de ese puntaje, renaces en una forma u otra, de manera que te acerques o te alejes de la iluminación. Luego volvemos a esto.

Actuar sin apego

El primer paso para escapar de la ilusión es entender que somos parte de un todo y reconocer nuestra relación con el Yo eterno (Brahmán). Este reconocimiento, aunque simple, es suficiente para unirnos con el Yo eterno, y además es lo único que nos liberará del ciclo de renacimientos, esta relación implica desapegarnos de los resultados de nuestras acciones. ¿A qué me refiero con “resultados”? Bueno, todo lo que hacemos en el mundo tiene consecuencias. El sabio es quien actúa sin apegarse ni a lo bueno ni a lo malo, es decir, no se aferra a los resultados (¿les suena algo parecido al mito de Sísifo?), sino que vive la acción en sí misma. Este es uno de los caminos para llegar a la iluminación, llamado el camino de la acción: actuar sin apegarse a los resultados.

Acá es donde el Gita se pone denso y muestra por que en India hay un sistema de castas tan arraigado. Cuando Krishna habla con Arjuna, le dice que cada persona nace para ciertas labores, determinadas por el karma acumulado en vidas anteriores. Por ejemplo, si naciste para ser guerrero, tienes que serlo. Si dudas o no cumples con lo que se supone que debes hacer, tu karma al final de esa vida será malo porque no estás actuando en línea con el conocimiento supremo. Podría interpretarse como que el Gita sólo valida un orden preestablecido de guerreros, monjes, siervos, etc., casi como castas, como si asumiera un destino desde el nacimiento y propone que cumplirlo sin apego nos acerca a la iluminación, algo _como un llamado a la sumisión. Es discutible, pero se puede entender que quizás apunte a actuar según los talentos o inclinaciones de cada uno, parecido a la parabola de los dones de Cristo.

“Aquel que por el yoga ha renunciado a los frutos de las acciones, cuya duda ha sido destruida por el conocimiento y que reposa en su Ser, no es atado por las acciones.” (Cap. 4, verso 41)

Dejo esta frase que me dio ChatGPT mientras le preguntaba,

Krishna insiste en que cada uno cumpla con su svadharma, no porque el sistema social sea justo, sino porque actuar sin apego a los resultados nos libera del karma. ChatGPT

Krishna dice que la única forma de ser feliz es no estar presos de los resultados de nuestras acciones. A esto lo llama la renunciación. Si no lo hacemos, siempre encontraremos formas de sufrir.

Los gunas y los tipos de felicidad

El Gita habla también de tres tipos de felicidad, que dependen de los gunas (las cualidades de la naturaleza):

Sattva: virtud, inteligencia. Este tipo de felicidad es desagradable al principio, pero al final es placentera porque lleva a la iluminación. Rajas: actividad, movimiento. Es placentera al principio, pero al final decepciona porque está ligada al deseo y a los placeres terrenales. Tamas: inacción, ignorancia. Es mala de principio a fin, porque te hunde más en el mar maya.

Seguramente ya intuiste que la buena es la sattvica. El sattvico es alguien que vive bien pero sin apego, mientras que el rajásico vive obsesionado con triunfar en este mundo (es como un capitalista jaja), y el tamásico solo busca placer y satisfacción inmediata.

“La flor de loto que emerge sin impurezas de las aguas más turbias es la representación de quien busca el conocimiento supremo. Aquel que, sin apego, dedica sus acciones a Brahman, no se ve manchado por el pecado.” (Cap. 5, verso 10)

Karma, renacimientos y libertad

El karma no tiene nada que ver con que te pasen cosas malas en esta vida por algo que hiciste. Más bien, define las condiciones de tu próximo renacimiento. Según el Gita, si practicas yoga y no logras la iluminación, renacerás en una familia favorable para seguir avanzando. En cambio, si vives atado a los deseos egoístas como un asúrico, te quedarás atrapado en el peor guna, el tamásico, renaciendo en vientres similares y alejándote cada vez más de la liberación.

Al final de la conversación entre Krishna y Arjuna, Krishna dice, aunque no quieras actuar de una manera u otra lo terminarás haciendo porque tus actos van en función de tu Karma y los gunas. Es decir, mientras estemos en el mar maya no tenemos libertad de acción, nuestras acciones están determinadas por los gunas y el karma acumulado de vidas anteriores y no podemos controlarlas. Pero lo que sí podemos hacer es cambiar cómo vemos nuestras acciones: desapegándonos de los resultados y actuando en conciencia del Krishna.

El karma, entonces, no se trata de “lo bueno” o “lo malo” como lo entendemos comúnmente. Para el Gita, lo bueno es lo que nos acerca a la iluminación, y lo malo es lo que nos aleja. Por ejemplo, Oppenheimer creó algo que mató a miles, pero ese acto no es necesariamente malo. Si actuó desapegado de los resultados y entendió su relación con el Brahmán, habrá acumulado buen karma.

Finalizando, según el Gita, nadie es verdaderamente libre de actuar. Nuestro karma y los gunas nos empujan a movernos según nuestra naturaleza, nos guste o no. Por eso es tan importante actuar con conciencia de Krishna y desapegarnos de los resultados. Solo así nos liberamos poco a poco del karma y de la influencia de los gunas. Lo que podemos elegir es entregar esa acción a la conciencia suprema y trascender, logrando al fin salir de este ciclo de renacimientos en el que somos esclavos del deseo, escapando del samsara.